lunes, 27 de octubre de 2008

Agua y luz



Ahí comenzó todo: Un buen día, después de haber vagado juntos por el gran espacio, el padre sol y la madre tierra, entendieron que había llegado el momento de crear la vida. Nada mejor que el gran útero líquido de los océanos, para recibir la semilla de luz que engendraría los procesos de la vida orgánica.


Quizás por eso los seres vivientes, seguimos portando agua y sal en nuestras entrañas. Somos pequeños fragmentos emancipados del mar, que para seguir viviendo tenemos que mantener, intacta en nuestro interior, esa alquimia primigenia.


Por eso todos los humanos, aunque provengamos de las montañas, soñamos con ver el mar algún día. Es como una llamada inconsciente para retornar a nuestra patria original. Por eso, de una u otra manera, todos estamos amarrados en azul.


Juana Hernández Conesa y los hermanos Ñíguez Carbonell, José Carlos y Andrés Manuel, nos proponen un viaje interior a través de sus percepciones íntimas, de sus miradas, de sus sentimientos encarnados en palabras. Es una colección de instantes, de momentos de encuentro, de serenas contemplaciones.


Más que describirnos paisajes, nos muestran el interior de sus corazones, en un lenguaje cargado de destellos de luz y evocadoras metáforas, que nos hablan de un mar habitado por el amor.


De un mar junto al que nacieron. De un mar junto al que transcurrirán sus vidas.


                                                       Carlos Moisés García


                                                       Fotógrafo y Editor


 


 

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