en el centro del deseo;
allí donde la vida cuelga su equipaje
y los nombres del amor
miran al cielo.
Tú y yo hacemos caminos
fuera del destino
entre peregrinos sin posada
y en idiomas de tierras
ignoradas.
Tú y yo por la voluntad
de los dioses y la nuestra,
amarramos nuestros cuerpos
en el rastro del alba
y quebramos las leyes de la nada.
Tú y yo no pedimos permisos
para recitarnos infinitos,
ni para colorear el viento,
ni para colgar aventuras
en las ventanas del tiempo.