jueves, 27 de septiembre de 2007

La rutina

 


                                           Con el orden de cada día


                                           no hay peligros de rebeldía


                                           no hay azares prohibidos,


                                                              /no hay desánimos.


 


Se establece por decreto la alegría


nos reímos al son de los necios


y nos confundimos entre acordes


                                         /de monotonía.


 


Se inaugura la victoria de lo obtuso


nos procuramos alabanzas


y algarabías entre los escombros


                               /y los abusos.


 


                                         Con el orden de cada día


                                         no hay peligos de rebeldía


                                         no hay azares prohibidos,


                                                  /no hay desánimos


 


Establecido el precepto


           obedientes, vamos muriendo


                                sin saber quiénes somos y


                                                     sin miramientos.


 


Cautividad


fotografía: niguez.com


 


 

martes, 25 de septiembre de 2007

Boceto para las flores del mal

 


Se esmera el tiempo

          sobre los lienzos,

                    obras sinceras que no perfectas,

                              sinceras como protestas.

 


Manet, incomprendido


muestra y contempla


la tolerancia del color


como un amante insomne.


 


Manchas embrolladas


          que en la distancia


                    obran el milagro


                              de lograr vida.


 


Mirar un cuadro


es ahora un dolor vano,


un imprevisto que busca


cómplices en el mundo.


 


Baudelaire, esperaba


          un viento huracanado


                    que mezclara en nuestros ojos


                              la marchita esperanza de las formas.


 


Colores prestados


fotografía: niguez.com


Édouard Manet


Les Fleurs du mal (Las flores del mal) poemario de Charles Baudelaire


 


 

jueves, 20 de septiembre de 2007

Los Atlantes

 


Pesadamente y maniatados


sostenéis la Tierra desde todos los tiempos;


cincelados en piedra con una pátina


consternada, enmohecida y distante,


barruntáis el delirio de los dioses.


 


Nadie os encomienda el alma, sin embargo.


 


Vosotros: Atlantes, con vuestos músculos pétreos,


con vuestra espalda de esfuerzo,


con vuestras manos de prédica,


componéis las mareas,


los terremotos y los tifones del mundo.


 


 


Nadie os encomienda el alma, sin embargo.


 


¿Quién os mandó tan despiadado trabajo?


¿Por qué vuestro destino es estático y redondo?


¿Dónde dejasteis los caminos de la Vía Láctea?


¿Aplazáis las impaciencias por conocer otros elípticos rumbos?


¿Acaso vivís de extravío y silencio?


 


Declamad a los hombres vuestra jerga de fatiga


y proseguid velando el giro de la Tierra.


 


Los AtlantesEl peso de la eternidad


 


fotografía: juanahernandezconesa.com


 

martes, 18 de septiembre de 2007

Los días

Los días son los arcanos

del movimiento.

Fabuladores, traidores,

como si acoplados

en el tiempo de un te quiero,

compusiesen tristezas

en el caminar de los quizás.

 


Los días son los sigilos


de la desnudez.


Delatores, quiméricos,


como si inventados


en los instantes de un adiós,


ofreciesen auroras


en el filo de las amarguras.


 


Los días son frágiles,


de un azul algodonado.


Despiertos, derramados,


como si aposentados


en las horas de un después


vertiesen topacios


en las sombras de Dios.


 


El trabajo del mar


 


fotografía: niguez.com


 


 

jueves, 13 de septiembre de 2007

Trótula

A todas las mujeres que hicieron del tiempo una verdad.


 


          He aquí un lugar de sombras


un ámbito para las mujeres prohibido.


Un dictamen resignado


un saber a la vida negado.


 


          He aquí la Escuela de Salerno


el coraje de Trótula.


Las sabias mujeres


aciertos de una época desposeída.


 


          He aquí una isla en medio de la Tierra


una aventura no presagiada.


Cincelando mañanas de lluvia


en pretéritos de noches gélidas.


 


          He aquí un reino entre tinieblas


mujeres que rasgaron sedas ignorantes.


Componiendo asombros


entre los hombres de Ciencia.


 


 


Cincelando ideas


 


fotografía: niguez.com


Trótula de Salerno


 


 

martes, 11 de septiembre de 2007

Los asombros de la noche

 


Abrigando tibiezas y razones hemos roto los sueños de


los vientos.


 


                                                            Hemos roto los besos


          se han quebrado las voces y han brotado tertulias de


arrecifes junto a las noches marinas.


 


                                                             Hemos roto los besos


          y un murmullo de olvido se ha enredado entre tu tiempo


y mis olas.


 


                                                            Hemos roto los besos


          y un eterno destierro, que abomina misterio, nos ha


legado una sombra sin astros.


 


Viento invisible


fotografía: niguez.com


 

viernes, 7 de septiembre de 2007

El Ángelus de Millet

 


Rezan los campesinos,

se detiene el tiempo,

               la sumisión, el vasallaje.

                              Rezan, y en sus conciencias

                                        se amontonan el sudor y el pan.

 


Los gritos están adentro


la ira se desvanece.


Es un instante: cuando el sol cruza la cima del horizonte.


               La esperanza no los mata,


                              rezan y miran a la tierra.


 


En la tierra está la vida y la muerte


como una coincidencia solemne.


               Allí está la verdad que callan,


                              la que les prohíben, la verdad que los hiere.


                                        Rezan y suplican, siempre suplican.


 


Sólo ellos hacen que se detenga el tiempo


con sus dignas invocaciones,


               con sus silenciosas plegarias.


                              ¡Oh Dios! ¿qué rezan los campesinos para


                                        detener el tiempo?


 


El pan en estado puro


fotografía: niguez.com


la obra: "El Ángelus de Millet"


 

martes, 4 de septiembre de 2007

Los secretos del mar

Mar de tantos versos,

de tantos lienzos

de tantas eternidades...

¿Dónde está tu verdad?

Eres como un dios que cierra los ojos.

Reposo

fotografía: niguez.com

domingo, 2 de septiembre de 2007

Amarte en la laguna Estigia

Muero de amor y tengo frío. ¡Oh Caronte!

Acariciando la dicha entre sus manos:

he muerto, de amor he muerto.

Amándola condené mi alma y

el destino hacia el Hades, me reclama.

 


Boga lento, ¡Oh Caronte!


déjame recordarla entre la bruma de la Estigia.


 


Muero de amor y tengo frío. ¡Oh Caronte!


Volvería a morir y a condenarme


desnudo de sacramentos,


son tantas las almas que en esta laguna penan,


son tantos los amantes y sus nombres.


 


Boga lento. ¡Oh Caronte!


déjame recordarla entre la bruma de la Estigia.


 


Muero de amor y tengo frío. ¡Oh Caronte!


A sus besos volvería a pesar de la muerte y sus tinieblas,


morir es tan sólo cerrar los ojos y no verla,


no sentir sus delicados pensamientos es morir.


 


Boga lento, ¡Oh Caronte!


déjame recordarla entre la bruma de la Estigia


Dioses sin piedad


fotografía: niguez.com


 

sábado, 1 de septiembre de 2007

Hombre enamorado

 No es tarde. Nunca es tarde.


Para morir basta un ruidillo.


El de otro corazón al callarse


Vicente Aleixandre


 


          No te ocultes tras las dudas de la luna


deja que contemple el amor fuera del tiempo.


 


          Sé que todos los crepúsculos están en ti


dame tus manos y aprieta tu voz junto a mi vida.


 


          Estás en mí como una húmeda certeza


ternura de flores que amanecen cuando te amo.


 


          En la noche junto al cielo te abrazo


y la eternidad se estremece pensando.


 


          ¿Qué piensa la eternidad?


ebría de infinitos se deja caer sobre nuestra piel.


 


          Inclina la cabeza hacia mi hombro, ¡oh mujer!


el horizonte sin ti pierde su nombre.


 


          En ti delira la ternura beso a beso


y las huellas de tus silencios, sutiles, me habitan.


 


          Voy de tu risa a mis vacíos. Todo lo vences, ¡oh mujer!


todo lo vences, cuando me invaden tus ojos de miradas.


 


          Deja que contemple el amor fuera del tiempo


no te ocultes tras las dudas de la luna.


 


Fuegos para una sinfonÃa


fotografía: niguez.com