domingo, 2 de septiembre de 2007

Amarte en la laguna Estigia

Muero de amor y tengo frío. ¡Oh Caronte!

Acariciando la dicha entre sus manos:

he muerto, de amor he muerto.

Amándola condené mi alma y

el destino hacia el Hades, me reclama.

 


Boga lento, ¡Oh Caronte!


déjame recordarla entre la bruma de la Estigia.


 


Muero de amor y tengo frío. ¡Oh Caronte!


Volvería a morir y a condenarme


desnudo de sacramentos,


son tantas las almas que en esta laguna penan,


son tantos los amantes y sus nombres.


 


Boga lento. ¡Oh Caronte!


déjame recordarla entre la bruma de la Estigia.


 


Muero de amor y tengo frío. ¡Oh Caronte!


A sus besos volvería a pesar de la muerte y sus tinieblas,


morir es tan sólo cerrar los ojos y no verla,


no sentir sus delicados pensamientos es morir.


 


Boga lento, ¡Oh Caronte!


déjame recordarla entre la bruma de la Estigia


Dioses sin piedad


fotografía: niguez.com


 

2 comentarios:

terevidal dijo...

!Cuánta belleza eres capaz de transmitir a través de la auténtica tristeza y desesperación que tantas veces conlleva el verdadero amor! Tere

juanahernandezconesa dijo...

Gracias Teresiña, lo realmente bello es que que a ti te lo parezca. Y sí, es cierto; las pasiones nos atrapan. ¿ Pero qué sería de la vida sin ellas? Sería insipida e incolora y me atrevería a decir que hasta un poco aburrida.

Claro, que para que ello no suceda- al menos en esta página- la belleza de las fotografías de Andrés Manuel y José Carlos Ñiguez- niguez.com- nos evocan, más allá de mis humildes poemas, todo un mundo de sensaciones compuestas de arena de arcoiris.

Ellos, con la maestria de los alquimistas de lo bello, nos reconcilian con las pasiones, integrandolas en el tiempo infinito de nuestra alma de barro.

Besos: Juana.