No es tarde. Nunca es tarde.
Para morir basta un ruidillo.
El de otro corazón al callarse
Vicente Aleixandre
         No te ocultes tras las dudas de la luna
deja que contemple el amor fuera del tiempo.
         Sé que todos los crepúsculos están en ti
dame tus manos y aprieta tu voz junto a mi vida.
         Estás en mà como una húmeda certeza
ternura de flores que amanecen cuando te amo.
         En la noche junto al cielo te abrazo
y la eternidad se estremece pensando.
         ¿Qué piensa la eternidad?
ebrÃa de infinitos se deja caer sobre nuestra piel.
         Inclina la cabeza hacia mi hombro, ¡oh mujer!
el horizonte sin ti pierde su nombre.
         En ti delira la ternura beso a beso
y las huellas de tus silencios, sutiles, me habitan.
         Voy de tu risa a mis vacÃos. Todo lo vences, ¡oh mujer!
todo lo vences, cuando me invaden tus ojos de miradas.
         Deja que contemple el amor fuera del tiempo
no te ocultes tras las dudas de la luna.
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