A José María Flores Pilarte, más allá del infinito
Recuerdo el último invierno
la muerte te ganaba la partida con su astucia de vieja
acostumbrada.
Eras la espada que hería el aire con destellos de agonía
presentida.
¿Cómo no recordar tu fatiga de guerrero
buscando a tientas el campo de batalla?
Recuerdo el último invierno
tu caminar errante, tus pensamientos sabios, tu taller de
orfebre, tu afonía desafiante.
Eras el Che Guevara sin noticias del Cristo de Mantengna.
¿Cómo no recordar el rumor de los cañones
dispuestos desde las alturas de tu alma?
Recuerdo el último invierno
tu mirada de lluvia, tus anhelos azarosos, tus teselas luminosas,
tus manos de tierra.
Eras la deshora que apuraba el último sorbo codiciosa.
¿Cómo no recordar la estrategia de un
soldado esperando matar a la muerte?
8 comentarios:
!Cuanto arrojo es necesario para despedirse de un amigo enfrentándose a su dolor con tanta valentía!: observar su partida sin palabras y sin despedidas y, ser capaz de hacer una descripción tan objetiva de su callada y responsable lucha . El nunca se quejó, ni dejó ninguna de sus obligaciones ni sus hobbies para el día siguiente. Tú tampoco le abandonaste en su última batalla ni lo haces ahora. Gracias por quererle tanto.
Querida Teresa:
Lo difícil no es amar, lo difícil es odiar o emplear la indiferencia como paradigma de nuestro egoismo. Querer a tu marido- mi amigo- era tan sencillo como saborear la marea o acompañar con nuestros ojos el majestuoso vuelo de una mariposa. No existe valentía en mi persona ahora que le digo al mundo que me gusta decir: ¡te quiero!. Suena bien. Es bonito. No es suficiente con sentirlo. Y a él se lo dije tantas veces... que sé que fue el mejor de los regalos durante nuestros años de amistad.
Él nos ha dejado la huella más hermosa: ¡la de vivir y amar apasionadamente cuando sabía que el latido de su corazón se detendría en cualquier momento!. Es importante saber esperar a la muerte... y él la esperó con una gallardía digna de elogio.
Besos: Juana
Doña Juana, mi querida amiga:
Tu obra, en este medio, mecanizado y electrónico, ciertamente no despide olor, pero tiene todo el aspecto, por las frescuras que exhala su genio, de oler muy bien.
un beso. Paco Flores
¡ Hola Paco! tu generosidad me abruma. El perfume de las letras y las imágenes de esta Página son las caricias que en alma- la Página tiene alma- dejan los visitantes de buena fe que se acercan a ella. Gracias.
Besos.
Juana Hernández Conesa
Una vez alguien escribió en un libro la siguiente dedicatoria:"es uno de mis libros favoritos proque es triste, alegre, bello, tierno, solidario y sabio como tú.... además me enseño a encontrar amigos hasta en las estrellas..." para mi fue la mejor decicatoria jamas plasmada en la primera pagina de un libro; De igual manera, cuando me releo los versos de la autora mi alma enmudece al mismo tiempo que mi corazon late de alegria, en ellos se transmite esa ternura que juana (mi amiga) aprendio de la persona que mas quería -su abuela- esa magnifica mujer del siglo pasado hizo posible que hoy aprendamos de las palabras de la obra de la autora.
enhorabuena, amiga, mejor aun enhorabuena cierbamiga.
jaume.
Mi querido amigo: hemos soñado juntos tantas lunas que tus palabras me han dejado sin palabras.
Yo también recuerdo las rosas amarillas que me sorprendían cada año por San Juan, las complicidades y las risas. Me has mimado tanto que debo ser tu amiga más consentida.
No sé, tal vez hayamos perdido la cordura, pero nunca hemos dejado de querernos. Gracias, Jaume.
Despues de este "verano con vosotros" os agradezco este "soplo" de esperanza de esta página.
Muchos besos.
Gracias a vosotros por vuestra generosidad e infinita paciencia.
Vuestra buena fe construye la página día a día.
La página pertenece a todas aquellas personas cuya sensibilidad y buen corazón- como es el vuestro- hacen de ella un lugar donde reposar pensamientos dibujados entre letras e imágenes.
Besos: Juana.
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