jueves, 6 de noviembre de 2008

Infinitos



 

El día se narraba anudado a tu boca


empapado en la trama de tus brazos;


allí, en los ofrecimientos del deseo


divagaba mi piel por inéditos presagios.


 


El primer hallazgo de sabernos,


la  inicial de nuestro ser, sellada,


escrita en la desnuda batalla


de los destierros sin voz.


 


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