miércoles, 19 de diciembre de 2007

Risa de uvas

Lo que eres me distrae de lo que dices


Pedro Salinas


 


He regresado de ti


y vuelvo a ti


               en bandadas de sueños.


 


Enlazando besos a las nubes


derramando infinitos


               vamos lloviéndonos.


 


Enhebrando huracanes


a las noches sin papel


               recitando te quieros.


 


Haz de mis días tormentas de besos


enloquece mi tiempo con tu


               risa de uvas y tus ojos de viento.


 


Hilo a hilo tejeremos delirios de versos


y nostalgias de lunas


               para seguir lloviéndonos.


 


Mirando


 


fotografía: niguez.com


 

miércoles, 5 de diciembre de 2007

El archivo de los primeros besos


Aquellos días la sala de investigadores estaba tan concurrida que apenas podíamos permitirnos una mirada de complicidad con el exterior. Cuando por fin algún documento se revelaba significativo para nuestro trabajo nos tragábamos el optimismo para no importunarnos. El desánimo también hacía acto de presencia, cuando las horas transcurrían densas y oscuras entre legajos aciagos que se presentaban mudos.   




Javier y yo habíamos coincidido en otras épocas y en otros archivos. Siempre ocupados con la pasión del hallazgo o con la decepción de lo inexistente; jamás habíamos reparado en nosotros. Éramos como esos sabios despistados que se quedan colgados de una pasión absurda e inconcebible para el resto de los mortales. Hablábamos en nuestra jerga mientras tomábamos un café o el bocadillo del descanso antes de internarnos en los laberintos de la tarde. 


 


Cuando el viernes llegamos a la sala todos los pupitres estaban ocupados. El archivero, nos miró con un gesto aprendido a base de hacer de la incompetencia una norma.  




 Leer el texto completo 

 


Letras y besos


 


fotografía: niguez.com


 

jueves, 29 de noviembre de 2007

Cartas a Nacho

Atisbé tus desamparos en la lejanía de un instante


la lluvia anegó mis ojos,


la ternura se disimuló en un gesto.


Un pudor, exhausto, se reveló lúcido recitando:


"te envolvería en mi alma


si con ello pudiera evitar tus pesares


despojarte de tu vida,


como un ladrón, yo no quisiera".


 


Afiliado a perplejidades y coincidencias


te deslizarás tras el aire suave de la tarde,


declinando en mis territorios


los huecos de afonía que concede la duda.


Te abandonarás hacia la inmensidad de tu destino,


que no confluye con mis lunas.


Convengo en descifrar la inspiración de mis lágrimas...


Y sonrío.


 


Asentada tu muralla, y


libre ya de las enfermedades de los días,


incorpóreas, sutiles, impensadas, y


expectantes: se impondrán otras horas.


Tus alardes anhelosos de novicio


buscarán las furtivas esferas de los mares,


las ofrendas bulliciosas de la risa


y la algarabía de las miradas.


 


Seré una sombra hecha de palabras


amordazada o imprudente;


en el estrépito de tus cruzadas: yo estaré.


Me inventarás


en una ausencia de ecos y rumores


que aturdirán tus oídos.


Allí donde la imagen infaliblemente permanece


hallarás lo que creías perdido: yo estaré.


 


Yo estaré,


con los ojos inundados de alegría,


seré una vibrante primavera,


sin encadenar tus sueños con grilletes,


prestando tregua a tus quebrantos


sin acudir a las exequias de tus utopías.


 


Para que una elección de topacios


se alce entre tu vida y la mía.


 


El canto de un padre


fotografía: niguez.com


 

martes, 27 de noviembre de 2007

El plenilunio de las miradas

El deseo se refugió en nuestros ojos

invadiendo miradas de magia y sahumerio,

entonando salmos de viento,

alabando ecos de luna.

 


De los días hicimos reliquias de arena,


sin los abismos de las tinieblas,


amarrando promesas de calma sedienta.


No hubo epílogo.


 


Las brisas de horizontes azules


se saciaron de aguas oceánicas


de versos con huecos de amor


que exhalaban olores de distancia.


 


 Reliquias de arena


fotografía: niguez.com


 


 

jueves, 22 de noviembre de 2007

Encuentros

Los ojos me dolían de esperar.


Pasaste.


Jaime Gil de Biedma


A veces vuelvo el rostro hacia ti y


te veo trenzando encuentros a la luz de las


estrellas.


 


Amarrado al destino de las oscuridades marinas,


te afligen los cantos de sirena como a los poetas


la proa de un verso.


 


Y recorres de memoria la ira, la alegría y la


muerte. Todo está dicho. Esperas que sople el


viento. Me gustan tus esperas.


 


Y mis preguntas te asaltan, porque sabes que son


la inmensidad de mis espantos.


Y las cantas para que no llore.


 


A veces vuelvo el rostro hacia ti y


te veo olvidando. Me gusta como olvidas.


En silencios largos como tus besos.


 


Y me miras con palabras que no entiendo


porque son las palabras de tu tristeza.


Y tengo miedo.


 


Y me abrazas con tus sueños


alejando a los fantasmas de mis noches,


recogiendo las voces más hermosas


para llenar mis oídos de juegos.


 


Pensando eternidades


 


fotografía: niguez.com


 

martes, 20 de noviembre de 2007

Curiosidad

             ¿El arte es un plagio

o una revolución?

 


          La revolución es una ironía


          el plagio una continuidad.


 


          La ironía es una intención


          la continuidad una culminación.


 


          La intención es ilegible


          la culminación lo creíble.


 


                    ¡El arte es el plagio de una ironía


                                 que hace de las intenciones


                                                  revoluciones!


 


Ironías de la Historia


fotografía: niguez.com


 

jueves, 15 de noviembre de 2007

Canto a dos voces


si te quiero es porque sos


mi amor mi cómplice y todo


y en la calle codo a codo


somos mucho más que dos



Mario Benedetti


 



          Cuando me besas, nos visita esa luz preñada de


universo y respiramos el perfumen del cielo.


Lanzamos redes a los días


          y sueños a los vientos.


 


          Cuando me besas, la luna se asoma a su atalaya de


jaspe y canta músicas fugitivas.


Libres se rescatan nuestras soledades


          porque no somos uno.


 


          Mi amor, tú sabes que somos dos


          cuando me alcanzas con tus manos de fuego.


 


          Tu soledad se adentra en la mía


          para desenredar la vida.


 


          Y amarrando encuentros


          cabalgamos en olas de mares infinitos.


 


          Cuando me besas, anuncia la mañana su ocioso regreso


proclamando descuidos.


          Impacientes se desanudan nuestras soledades


                    porque no somos uno.


 


Complicidad


 


fotografía: níguez.com



 

martes, 13 de noviembre de 2007

Los amores góticos

 


Y cuando en los sueños te pierdo...


¿qué puedo hacer?


¿desplegarme por la Tierra y adentrarme en los mares


dejándome arrastrar hasta el firmamento?


¿escribir versos de amor olvidados?


¿caminar con ceniza y polvo en los zapatos?


0 ¿sorprender a Dios con mis preguntas?


 


Preguntas a Dios


 


 


fotografía: niguez.com


 

jueves, 8 de noviembre de 2007

A Galileo Galilei

In memoriam

A todos los hombres que se adelantaron a su tiempo.


 


          Copernicano dios de las estrellas


deja que llore tu desgracia.


          De rodillas, abjurando de la Tierra


el movimiento y su fatiga.


          Cómo de tanta ceguera consolarte


cómo redimir tanta soberbia.


          Déjame acompañarte en tu infortunio


toma mis ojos


 


                         y engrendra de nuevo la luz.


 


          Copernicano dios de las estrellas


deja que llore tu desgracia.


          De rodillas, abjurando del Universo


su inmensidad, del Sol su majestad.


          Cómo acallar tanta ignorancia


cómo liberarte de las sombras.


          Deja que me una a tu calvario


toma mi rebeldía y grita con tu voz oceánica:


 


                         ¡y sin embargo, se mueve!


 


Harmonicus


fotografía: niguez.com


 


Galileo Galilei


 

martes, 6 de noviembre de 2007

Elogio al paso del tiempo

 


                                         Somos:


monosílabos de arena descendiendo,


azules atrapando los verbos del recuerdo,


la vida acariciando el pasado con esmero.


 


                                       Somos:


el horizonte silencioso que sucede


y nos despierta disparando besos,


a nuestros labios viejos.


 


Vida vivida


 


fotografía: niguez.com


 

martes, 30 de octubre de 2007

Los tres sueños de la razón


Capítulo I: París bien vale una misa 


PARÍS SE PREPARABA PARA LA CORONACIÓN DE MARÍA DE MÉDICIS, QUE TENDRÍA LUGAR  EN LA BASÍLICA DE SAINT-DENIS el día 13 de mayo del año del Señor de 1610, durante la tregua de la guerra que se reanudaría en 1618 continuando hasta 1648, conocida como la de los Treinta Años. El día se despabiló con una luz lenta y asoleada, comprometiendo a la primavera parisina con un viento sedoso y, sin embargo, frío.  Las fogatas a punto para arder durante la noche aún dejaban presentir  entre sus brasas la ebria vigilia que la ciudad vivía allí junto a los mansos,  los desventurados, los jugadores, los camorristas y los amigos de lo ajeno, que  utilizando el encubrimiento que alberga la lobreguez se afanaban en sus menesteres poco declarables. Espontáneamente les sorprendió el crepúsculo matutino arrebujados entre jergones  hediondos y, a cielo abierto, la canalla trataba de componérselas con el apaño de sus harapientos ropones que les procuraban el ocultamiento del saqueo.  


Entre el hedor de los semejantes y el fluido de las deyecciones, los maleantes parecían aviarse con maestría, y, por intuición secular, todos los  tarambanas rehusaban el agua y  se  apegaban al vino sin perder de vista el estilete o el puñal. La vida no tenía valor para la rufianería,  ya que no se podía trapichear  con ella. Los objetos y el peculio,  por el contrario, eran muy valorados por la chusma, que sabía que tras adueñárselos les podían proporcionar un itinerario de sabrosos bocados que zamparían con glotonería desmedida.


Capítulo I completo: pincha aquí



Paris bien vale una misa













..."en todos los círculos se hablaba de las infidelidades de Enrique de Navarra hacia la fe católica; de hecho, se afirmaba sin titubeos que ya lo había anunciado en Saint-Denis el 25 de julio de 1593, durante el acto de abjuración canónica de las herejías protestantes, que debió acometer, por segunda vez, para acceder al trono de Francia. La memoria social, ayudada por el gregarismo que procura la murmuración, descifraba el engaño en el instante en que el futuro rey manifestó públicamente: ¡"París bien vale una misa"!, era incuestionable, ante sus alegatos, que de este modo Enrique IV había anunciado en su declaración que los asuntos gubernativos relegarían al acervo religioso del reino.



En los últimos años los impuestos provocaron aceradas revueltas, el pueblo francés se negó a pagar lo que había dispuesto Sully, mano derecha del monarca. Para más ironía, aún a sabiendas de sus circunstancias, se afirmaba adrede y con intención maledicente que el Rey y la Reina gastaban grandes sumas en sus amantes y en el juego, y que  las monedas de oro y plata, por su causa, se habían ausentado de Francia. El Rey ya había obtenido el acuerdo de anular su primer matrimonio, con Margarita de Valois, en el Tribunal de Roma, componiendo una circunstancial boda favorable con la católica banquera florentina María de Médicis, que se suponía fecunda. Lo era..."





Capítulo I completo: pincha aquí 


¡Paris bien vale una misa!



fotografía: niguez.com



Continuará...



jueves, 25 de octubre de 2007

La Noche Estrellada de Van Gogh

Yo me celebro y yo me canto,


Walt Whitman


 


Pinta el loco colores de luna,


pinceladas de aire y trazos de niño.


Y me envuelve en su galaxia,


donde todo es infinito, serpenteante y mudo.


 


El loco, no atiende al espejismo de los ojos,


hace posible lo irreal.


Y me traslada con su mirada de azules y amarillos,


a otra nebulosa, a otra noche, a otra tierra.


 


El loco, cubre la piel, una y otra vez,


para que me roce las mejillas al mirarla.


Y de juguete parece el pueblo azul,


pintado bajo la noche rota y encrespada.


 


Llora el loco en las cárceles de la voluntad,


lágrimas aciagas. Impresiones talladas.


Y el lienzo se mezcla en desvarío


con la virtud del delirio


               para crear los agujeros negros


                                       de su Noche Estrellada.


 


Entre tanto, pinta el loco la verdad


                                distraída por el alma.


 


Amarillo buscando un cielo


 


fotografía: niguez.com


 


Van Gogh


La obra: Noche Estrellada


 


 

martes, 23 de octubre de 2007

El Galeón de los suspiros

 


Si de esta pasión no aprendemos: merecemos la derrota.


La rendición será la enseña de los poemas no escritos,


a pesar de las fantasías y de las lluvias sobre el mar.


Con grilletes, atadas nuestras manos,


evitando las uniones.


 


Si este frenesí lo forjamos decoroso: merecemos la derrota.


Bogando al son de la convivencia de aquellos que son libres,


de sus falsedades seremos cautivos.


A pesar de la misericordia de los dioses,


se oxidarán las argollas que nos encadenan.


 


Si este amor lo urdimos virtuoso: merecemos la derrota.


Esclavos de otras conciencias, de otras vidas prisioneros;


a pesar de los empeños el vasallaje aconsejará al ánimo,


las cadenas se alzarán en estandarte,


y no forjaremos los espejismos de los besos.


 


Si de este fervor no tejemos plenilunios: merecemos la derrota.


No acertaremos a sentir el viento en el velamen,


rehenes de nuestras incertidumbres


extraviaremos el delirio irremediable.


Y jamás conoceremos el sabor de la victoria.


 


Jarcias enamoradas


 


fotografía: niguez.com


 

jueves, 18 de octubre de 2007

El perfil de las sombras

 


En tu ausencia


me baño en aguas de silencio


y en ese fervor suave


de la espera;


me sumerjo


en los coros de la pleamar


e invoco plegarias


por volverte a ver.


 


Estremecimientos errantes


conjuran delirios con lo crédulo,


arrecifes celestiales


enamoran el roce


de los besos que no fueron,


de los besos que no son,


y el viento solfea proclamas


por volverte a ver.


 


Me rodean tus huellas


arrancando recuerdos mudos;


dudo entre amarte


y esa inapelable voluntad por impedirlo;


se revisten las ausencias


de esperas infinitas


y de sosiegos tenues


por volverte a ver.


 


Son las esperas de la vida:


misteriosas,


como la adivinación,


gozadoras,


como los paisajes,


hirientes,


como el dolor vagabundo


de ese volverte a ver.


 


Un sabor a rocas nos envuelve


que sólo los instantes comprenden;


tatuajes clandestinos se desgarran


vehementes y ajenos,


tirita mi corazón


con el fervor suave de la espera,


y de ese abandono solícito


por volverte a ver.


 


Encuentros


fotografía: niguez.com


 

martes, 16 de octubre de 2007

Historia de una ciudad

 


Los adioses sin ciudad


          son como las melancolías:


                    que aman lo que no poseen.


 


Una ciudad sin adioses


           no tiene enamorados


                    ni tristezas, apenas tiene cielo.


 


Una ciudad sin cielo


          no tiene luces


                    ni apagones, apenas tiene azules.


 


Una ciudad sin azules


          no tiene corazón


                    ni historia, apenas es una ciudad.


 


Las ciudades sin adioses


          no tienen despedidas


                    ni reencuentros, apenas tienen lluvia.


 


Una ciudad sin lluvia


          no tiene arco iris


                    ni charcos, apenas tiene vida.


 


Una ciudad sin vida


          es un muro de silencios


                    donde nadie se mira.


 


Mirada de dos


fotografía: niguez.com


 

jueves, 11 de octubre de 2007

Los desastres de la guerra

Pido la paz y la palabra


Blas de Otero 


 


Invade las puertas de la vida,


          rompre la inocencia de la noche.


                    Hace de la ignorancia un credo


                              y a quemarropa mata a enemigos invisibles.


 


En el taller de Goya ya no hay tapices,


          ni cuadros de corte, ni amantes.


                    Todo es negro y fuerte,


                              sucio y sordo como la barbarie.


 


Hay dolor en España.


          un dolor incapaz y rabioso.


                    Un dolor de cuchillo y bayoneta


                              de profanaciones y de sangre.


 


Declara el pintor sus horrores


          ante las bastardas luchas de los hombres.


                   No encuentra la quietud porque ya sabe


                              que no por haber vencido se ha ganado.


 


La tragedia afrenta a la conciencia


          en escaramuzas analfabetas.


                    Los campos yermos hacen


                              del hambre su aliada sediciosa.


 


Desnudos de juicio,


          los instintos se apoderan de la venganza.


                    La realidad produce monstruos


                              que no son sueños de razón.


 


El pintor los graba en aguafuertes


          con la esperanza de construir otra España.


                    Para que no puedan olvidar


                              los hombres todos.


 


El Rey deseado, el Séptimo de los Borbones,


          castiga y olvida con vehemencia.


                    La soberbia lo inviste


                              de un corazón de piedra.


 


Habrá más guerras.


          Y con sus delirios, solo y desahuciado


                    va el pintor a morir en otra tierra


                              a conquistar la cima de otra aurora.


 


 


Miedo


 


fotografía: niguez.com


Francisco de Goya


Los desastres de la guerra


 


 

martes, 9 de octubre de 2007

Apolo y Dafne

 


Soltamos amarras,


nos entregamos


a infalibles deleites: a los asombros.


Fondeamos bajo luces reclinadas


en las bahías de los agrados.


Rumbo al otro lado del mar


navegando por lapislázuli,


buscando besos


sin repatriación,


besos de luna.


 


Melodías antiguas


coreaban invisibles caracolas,


desnudando noches en las huellas de las olas.


Obstinados abrazos,


ahogaron los pensamientos de los ojos


entre mirada y mirada.


Derramadas en arco iris las tormentas,


silenciaron la severidad de las voces y,


nuestras manos juiciosas


se abrieron a las lluvias de los gozos.


 


En los arrecifes carmesíes


encallaron los navios cargados


de austeros deseos.


Zozobraron los miedos,


las lógicas y las excusas.


Y, fue entonces cuando


los atributos del amor


enlazaron nuestros cuerpos


en inacabables caricias


de viento y de sal.


 


Rumbo al horizonte


fotografía: niguez.com


 

jueves, 4 de octubre de 2007

El oráculo

 


Su voz era áspera y sedosa,


con tonalidades de apremio


que sonrojaban el alma.


Era una voz insistente,


como de incienso,


reposada en el abismo de los arcanos.


 


Su voz era el fuego


donde ardían los desalientos.


Era el precepto de lo justo


el edicto de lo bello.


El tañir de las campanas


del ánimo.


La ideología del verbo,


la placidez del discurso.


 


Su voz era el viento


de mis batallas.


La elegía del amor.


La aventura de lo irreal.


el reclamo de lo benévolo.


 


Era una voz clandestina y conversada;


de ella brotaban las sabias profecías de los naufragios,


los versos de los desiertos,


los salmos y las plegarias


de las catedrales y de las mezquitas,


los cantos y los silencios


de los presos y de sus carceleros.


Era la voz de las calles y de las esquinas,


de los bohemios y de los burgueses.


Su voz era el elogio de la vida y,


la vaguedad de la muerte.


 


Pentagramas para Dios


fotografía: niguez.com


 

martes, 2 de octubre de 2007

El canto de las ausencias

 


Me faltas tú, la noche y su ofrecimiento,

sin ti el alma toda me sobra.

Un lamento solitario se esconde,

sin ti el viento sopla taciturno.

 


Me faltas tú, el día y sus esperanzas,


sin ti la vida toda me sobra.


Un llanto de dentelladas abatidas agoniza,


sin ti el mar furioso enloquece.


 


Me faltas tu, el sol y su áureo sosiego,


sin ti la risa toda me sobra.


Un suspiro de amargura desarraiga las lujurias,


sin ti los acantilados se desprenden.


 


Me faltas tú, las olas y su suplicante regreso,


sin ti la belleza toda me sobra.


Un sollozo de bálsamos impudentes acontece,


sin ti la bruma asedia el paisaje.


 


Me faltas tú, la lluvia y sus versos de estío,


sin ti la piel toda me sobra.


Un gemido de ruindades me amenaza,


sin ti las tempestades sitian mi vida.


 


Caminos sin huellas


fotografía: niguez.com


 


 

jueves, 27 de septiembre de 2007

La rutina

 


                                           Con el orden de cada día


                                           no hay peligros de rebeldía


                                           no hay azares prohibidos,


                                                              /no hay desánimos.


 


Se establece por decreto la alegría


nos reímos al son de los necios


y nos confundimos entre acordes


                                         /de monotonía.


 


Se inaugura la victoria de lo obtuso


nos procuramos alabanzas


y algarabías entre los escombros


                               /y los abusos.


 


                                         Con el orden de cada día


                                         no hay peligos de rebeldía


                                         no hay azares prohibidos,


                                                  /no hay desánimos


 


Establecido el precepto


           obedientes, vamos muriendo


                                sin saber quiénes somos y


                                                     sin miramientos.


 


Cautividad


fotografía: niguez.com


 


 

martes, 25 de septiembre de 2007

Boceto para las flores del mal

 


Se esmera el tiempo

          sobre los lienzos,

                    obras sinceras que no perfectas,

                              sinceras como protestas.

 


Manet, incomprendido


muestra y contempla


la tolerancia del color


como un amante insomne.


 


Manchas embrolladas


          que en la distancia


                    obran el milagro


                              de lograr vida.


 


Mirar un cuadro


es ahora un dolor vano,


un imprevisto que busca


cómplices en el mundo.


 


Baudelaire, esperaba


          un viento huracanado


                    que mezclara en nuestros ojos


                              la marchita esperanza de las formas.


 


Colores prestados


fotografía: niguez.com


Édouard Manet


Les Fleurs du mal (Las flores del mal) poemario de Charles Baudelaire


 


 

jueves, 20 de septiembre de 2007

Los Atlantes

 


Pesadamente y maniatados


sostenéis la Tierra desde todos los tiempos;


cincelados en piedra con una pátina


consternada, enmohecida y distante,


barruntáis el delirio de los dioses.


 


Nadie os encomienda el alma, sin embargo.


 


Vosotros: Atlantes, con vuestos músculos pétreos,


con vuestra espalda de esfuerzo,


con vuestras manos de prédica,


componéis las mareas,


los terremotos y los tifones del mundo.


 


 


Nadie os encomienda el alma, sin embargo.


 


¿Quién os mandó tan despiadado trabajo?


¿Por qué vuestro destino es estático y redondo?


¿Dónde dejasteis los caminos de la Vía Láctea?


¿Aplazáis las impaciencias por conocer otros elípticos rumbos?


¿Acaso vivís de extravío y silencio?


 


Declamad a los hombres vuestra jerga de fatiga


y proseguid velando el giro de la Tierra.


 


Los AtlantesEl peso de la eternidad


 


fotografía: juanahernandezconesa.com


 

martes, 18 de septiembre de 2007

Los días

Los días son los arcanos

del movimiento.

Fabuladores, traidores,

como si acoplados

en el tiempo de un te quiero,

compusiesen tristezas

en el caminar de los quizás.

 


Los días son los sigilos


de la desnudez.


Delatores, quiméricos,


como si inventados


en los instantes de un adiós,


ofreciesen auroras


en el filo de las amarguras.


 


Los días son frágiles,


de un azul algodonado.


Despiertos, derramados,


como si aposentados


en las horas de un después


vertiesen topacios


en las sombras de Dios.


 


El trabajo del mar


 


fotografía: niguez.com


 


 

jueves, 13 de septiembre de 2007

Trótula

A todas las mujeres que hicieron del tiempo una verdad.


 


          He aquí un lugar de sombras


un ámbito para las mujeres prohibido.


Un dictamen resignado


un saber a la vida negado.


 


          He aquí la Escuela de Salerno


el coraje de Trótula.


Las sabias mujeres


aciertos de una época desposeída.


 


          He aquí una isla en medio de la Tierra


una aventura no presagiada.


Cincelando mañanas de lluvia


en pretéritos de noches gélidas.


 


          He aquí un reino entre tinieblas


mujeres que rasgaron sedas ignorantes.


Componiendo asombros


entre los hombres de Ciencia.


 


 


Cincelando ideas


 


fotografía: niguez.com


Trótula de Salerno


 


 

martes, 11 de septiembre de 2007

Los asombros de la noche

 


Abrigando tibiezas y razones hemos roto los sueños de


los vientos.


 


                                                            Hemos roto los besos


          se han quebrado las voces y han brotado tertulias de


arrecifes junto a las noches marinas.


 


                                                             Hemos roto los besos


          y un murmullo de olvido se ha enredado entre tu tiempo


y mis olas.


 


                                                            Hemos roto los besos


          y un eterno destierro, que abomina misterio, nos ha


legado una sombra sin astros.


 


Viento invisible


fotografía: niguez.com


 

viernes, 7 de septiembre de 2007

El Ángelus de Millet

 


Rezan los campesinos,

se detiene el tiempo,

               la sumisión, el vasallaje.

                              Rezan, y en sus conciencias

                                        se amontonan el sudor y el pan.

 


Los gritos están adentro


la ira se desvanece.


Es un instante: cuando el sol cruza la cima del horizonte.


               La esperanza no los mata,


                              rezan y miran a la tierra.


 


En la tierra está la vida y la muerte


como una coincidencia solemne.


               Allí está la verdad que callan,


                              la que les prohíben, la verdad que los hiere.


                                        Rezan y suplican, siempre suplican.


 


Sólo ellos hacen que se detenga el tiempo


con sus dignas invocaciones,


               con sus silenciosas plegarias.


                              ¡Oh Dios! ¿qué rezan los campesinos para


                                        detener el tiempo?


 


El pan en estado puro


fotografía: niguez.com


la obra: "El Ángelus de Millet"


 

martes, 4 de septiembre de 2007

Los secretos del mar

Mar de tantos versos,

de tantos lienzos

de tantas eternidades...

¿Dónde está tu verdad?

Eres como un dios que cierra los ojos.

Reposo

fotografía: niguez.com

domingo, 2 de septiembre de 2007

Amarte en la laguna Estigia

Muero de amor y tengo frío. ¡Oh Caronte!

Acariciando la dicha entre sus manos:

he muerto, de amor he muerto.

Amándola condené mi alma y

el destino hacia el Hades, me reclama.

 


Boga lento, ¡Oh Caronte!


déjame recordarla entre la bruma de la Estigia.


 


Muero de amor y tengo frío. ¡Oh Caronte!


Volvería a morir y a condenarme


desnudo de sacramentos,


son tantas las almas que en esta laguna penan,


son tantos los amantes y sus nombres.


 


Boga lento. ¡Oh Caronte!


déjame recordarla entre la bruma de la Estigia.


 


Muero de amor y tengo frío. ¡Oh Caronte!


A sus besos volvería a pesar de la muerte y sus tinieblas,


morir es tan sólo cerrar los ojos y no verla,


no sentir sus delicados pensamientos es morir.


 


Boga lento, ¡Oh Caronte!


déjame recordarla entre la bruma de la Estigia


Dioses sin piedad


fotografía: niguez.com


 

sábado, 1 de septiembre de 2007

Hombre enamorado

 No es tarde. Nunca es tarde.


Para morir basta un ruidillo.


El de otro corazón al callarse


Vicente Aleixandre


 


          No te ocultes tras las dudas de la luna


deja que contemple el amor fuera del tiempo.


 


          Sé que todos los crepúsculos están en ti


dame tus manos y aprieta tu voz junto a mi vida.


 


          Estás en mí como una húmeda certeza


ternura de flores que amanecen cuando te amo.


 


          En la noche junto al cielo te abrazo


y la eternidad se estremece pensando.


 


          ¿Qué piensa la eternidad?


ebría de infinitos se deja caer sobre nuestra piel.


 


          Inclina la cabeza hacia mi hombro, ¡oh mujer!


el horizonte sin ti pierde su nombre.


 


          En ti delira la ternura beso a beso


y las huellas de tus silencios, sutiles, me habitan.


 


          Voy de tu risa a mis vacíos. Todo lo vences, ¡oh mujer!


todo lo vences, cuando me invaden tus ojos de miradas.


 


          Deja que contemple el amor fuera del tiempo


no te ocultes tras las dudas de la luna.


 


Fuegos para una sinfonÃa


fotografía: niguez.com


 

viernes, 31 de agosto de 2007

Niké

                                   Echarte de menos

es la senda de mi destierro, de mi soledad; eres la musa inspiradora

de mis pentagramas de réquiem.

 


Sé que no estarás en el amanecer de mis sueños ni en la

penumbra de mis tristezas; sé que no estarás en el funeral de

mis olvidos.

 


                                                            Echarte de menos

es la lógica precisa por haberte amado.

 


                                                             Echarte de menos

porque sé que ya no estás.

Los cielos del mundo

fotografía: niguez.com

Los arrecifes de la vida

Se ha hundido el mar

gris de dunas las olas regresan y los abrazos del sur: impíos se someten,

como tu muerte.

                                                             Se ha hundido el mar

en una eternidad de instantes, sortilegios, nudos y escotillas,

como tu muerte.

                                                            Se ha hundido el mar

pero tú, el arrecife coralino, eres a mi olvido inexpugnable

a pesar de tu muerte.

Pretéritos

fotografía: niguez.com

miércoles, 29 de agosto de 2007

Pretextos

Del vientre de la lluvia


el alba compuso su canto


en papel mojado.


 


Un canto de arco iris


que desentonamos


de charco en charco.


 


Del corazón del horizonte


los mares su himno entretejieron


con aleluyas azules.


 


Aleluyas azules


coreadas en papel mojado


cada tarde que desentonamos


con pretextos para no amarnos.


 


Almas entre cristal




fotografía: niguez.com

Eclipses

Desde el vértigo de tus horizontes

y las impaciencias de mis mares,

en los aledaños de tus miradas

y en los suburbios de mis silencios.

                                        Allí te amo.

Desde las calles sin nombre y

entre el gentío del no sé a donde,

en los letreros luminosos

en los discursos del consumo

y en las grietas del desprecio.

                                        Allí te pierdo.

Te pierdo en las esquinas

de la indiferencia,

en los monólogos de la pedantería

en los cataclismos del odio

y en las sorderas de la miseria.

                                        Sí, allí te pierdo.

Y deseo encontrarte en una tarde tibia

presagiada por el mediodía

persiguiendo voces y sueños

entre los arrabales de un te quiero.

                                        Porque allí te amo.

Los espejos del cielo

fotografía: niguez.com

martes, 28 de agosto de 2007

Punto y aparte

Pensarte


es tejer los días con una ortografía de puño y letra


es saber que la vida escribe acerca de mí


y me obsequia con un


punto y aparte.


 


Fábula en azul y blanco


 


 


 


 


 


 


 


 


 


fotografía: niguez.com

domingo, 26 de agosto de 2007

Los ratos libres de la vida

"Las horas de aquellos días se esfumaron entre insomnios rotos y silencios que destilaban desolación; se desvanecieron, erráticas, como dunas en un desierto sin nombre. Todo era impreciso. Ingrid permanecía inerte, con la mirada perdida, arrebujada entre voces y meciendo recuerdos. Apenas era capaz de reconstruir el rostro de aquel hombre. Se había propuesto un olvido inmisericorde. Por primera vez en su vida había tomado una decisión alejada de los sentimientos. Esas malditas e hiperbólicas emociones siempre le habían procurado sufrimiento"

Documento completo: los-ratos-libres-de-la-vida.doc

Finalista XIV Certamen Internacional de Narrativa Breve (Editorial Nuevo Ser,  Argentina, 2006)



El beso de los árboles

fotografía:niguez.com

sábado, 25 de agosto de 2007

Almanaque

Sucedo a destiempo

               en un tiempo

                              caído del tiempo.

                             

                              Sucedo entre horas.

Sucedo sin precisiones

               sin aclaraciones

                              sin invocaciones.

                              Sucedo entre conjeturas.

Sucedo disertando

               acerca de los posibles

                              de los imposibles

                                        de los invisibles.

                              Sucedo entre abreviaturas.

               Sucedo aman

                                   do

                                   abrazan

                                   do

                                   besan

                                   do

                                   acarian

                                   do

                              La vida, sin embargo,

               la vivo como todos:

                                       en los idearios

                                       en los abecedarios y

                    en los calendarios.

Poseidón en guerra

fotografía: Juana Hernández Conesa

Pasatiempos

Me quisiste dentro de los crucigramas


buscando letras que procrearan palabras.


 


Me quisiste en el absurdo del verbo


allí donde el tiempo pierde su aventura,


donde deja el corazón de ser latido


y se convierte en un espacio organizado.


 


Me quisiste en líneas verticales


en cuadrículas mojadas en papeles.


 


Me quisiste buscando errores


allí donde todo se hace por un sueño,


donde deja el arpa su armonía


para distraerse al compás de los temores.


 


Me quisiste entre un tiempo que pasaba


y una quimera distraída que llegaba.


 



Realidades imprecisas


fotografía: niguez.com

viernes, 24 de agosto de 2007

Caricias marinas

Hemos creado


siluetas de amantes


besos de nácar, caricias de sal.


 


Hemos creado


el recuerdo para olvidarnos


y la nostalgia para llorar.


 


Hemos creado


el imposible, para engañar al invierno


y la razón para pensar la tristeza.


Amarradas entre azules


fotografía: niguez.com

jueves, 23 de agosto de 2007

Los tres sueños de la razón

En esta novela se desvela la verdadera personalidad de René Descartes: su notable y refinado sentido del humor, su inteligente sarcasmo, así como su interés por la ilustración de la mujer. Hombre aventajado de su tiempo que no declinó ser hijo de su época.

"... Es la hora en que los hombres se enfrentan a los genios, es la oportunidad de la indulgencia, de la adhesión, ese instante casi beatífico del que la humanidad se desprende en cada ángelus, para conciliarse con los sueños en la paz de sus amañadas conciencias... "

"Los tres sueños de la razón" pp. 159.

La arquitectura de los siglos

fotografía: niguez.com

El último invierno

A José María Flores Pilarte, más allá del infinito


 


Recuerdo el último invierno


la muerte te ganaba la partida con su astucia de vieja


acostumbrada.


Eras la espada que hería el aire con destellos de agonía


presentida.


 


¿Cómo no recordar tu fatiga de guerrero


buscando a tientas el campo de batalla?


 


Recuerdo el último invierno


tu caminar errante, tus pensamientos sabios, tu taller de


orfebre, tu afonía desafiante.


Eras el Che Guevara sin noticias del Cristo de Mantengna.


 


¿Cómo no recordar el rumor de los cañones


dispuestos desde las alturas de tu alma?


 


Recuerdo el último invierno


tu mirada de lluvia, tus anhelos azarosos, tus teselas luminosas,


tus manos de tierra.


Eras la deshora que apuraba el último sorbo codiciosa.


 


¿Cómo no recordar la estrategia de un


soldado esperando matar a la muerte?


 


La esperanza de la noche


fotografía: niguez.com

El naufragio de las palabras

Ay, si tú estuvieras


un instante bastaría


para que el mar


llorara.


 


Las palabras de mis silencios


retozarían ensordecedoras


entre olas y vientos,


el letargo de mi triste voz


se volvería canto de pesñascos, y


mis versos de amor no morirían,


si tú estuvieras…


 


Ay, si tú estuvieras


un instante bastaría


para que las islas,


suspiraran.


 


En un bergantín


derrotado por los cielos,


solas, remotas y ocultas


dormitan nuestras palabras


ahogadas en las profundidades


de los naufragios, pero


si tú estuvieras…


 


Ay, si tú estivieras


un instante bastaría


para que las mareas se


amaran.


El naufragio de las palabras

Brumas de instantes

fotografía: niguez.com