viernes, 7 de noviembre de 2008

Más allás de tu cuerpo



 

He  hallado el gemido de la Tierra


en las esferas de tus senos,


en los senderos de tus labios a mis labios,


en el sabor a brea que desprenden


tus palabras, cuando recitan besos


a mi cuerpo.


 


 


En el azar del deseo


donde  se mecen las tardes palpándose:


¡he hallado el gemido de la Tierra!



 

 

Violetas húmedas

  



 

Eran violetas húmedas,


plenas, germinadas,


en una eternidad sin dioses.


 


Arrebatabas los instantes


dejándolos sin tiempo,


enmudecías la jerga de la razón.


 


Con tus manos invadías


el imperio de su ciudad escondida,


enredándolas entre la desnudez


de sus estambres.


 


Era tu cuerpo en el mío,


recorriendo las esdrújulas


entre el perfumado gemir


de las caricias en flor.



 

 

jueves, 6 de noviembre de 2008

Inventando besos



 

En ese ajetreo de manos

            al contraluz de una mirada,

                        se abrazan nuestros besos

                                   al viento de la tarde.

 

                                                           Y suceden...

 

  

Infinitos



 

El día se narraba anudado a tu boca


empapado en la trama de tus brazos;


allí, en los ofrecimientos del deseo


divagaba mi piel por inéditos presagios.


 


El primer hallazgo de sabernos,


la  inicial de nuestro ser, sellada,


escrita en la desnuda batalla


de los destierros sin voz.


 


martes, 4 de noviembre de 2008

Los nudos del alba



 

Me remitías tu amor

            por la ruta de los barcos

perdidos en la niebla.

en el abordaje de la vida

y en abrazos esquivos,

 

            Cegada mi alma a los olvidos

de aquello que, tú y yo, fuimos,

tejió  presagios en noches de amor,

para amarrar al repertorio de la vida

                                               el temblor

de nuestro adiós.

 

Confidencias



 

Las tibiezas del amor


han recorrido mi mundo,


quizás, en un instante;


de extremo a extremo,


como el que va buscando


desvaríos lejanos.


 


Las tibiezas del amor


han compuesto en mí


pentagramas profanos;


de tu cuerpo al mío,


entre el delirio de ser


y el asombro de hallarnos.



 

 

Emigrar


 


Desvanecido, débil


como los inviernos


perezosos  de sol,


he visto tu tristeza


suprema


arropar  mi alegría


en tus heridas de agua.